martes, 17 de enero de 2012

¿TE ATREVES A DESCUBRIR EL SECRETO DE ESTE CUENTO?


“ El secreto de la familia Martínez”
Érase una vez una familia madrileña que fue a veranear a Benidorm. Esta familia estaba formada por el papá Manuel, la mamá Paula, y los tres hijos, Luis de 5 años, Antonio de 7 años, y Javier de 9 años. Además, estas vacaciones les acompañaron los abuelos.
Durante los días en Benidorm, la familia iba a la playa todos los días, allí ellos se bañaban, jugaban y tomaban el sol. Los niños disfrutaban haciendo grandes castillos de arena.
Cada día cuando los niños estaban en la playa, ellos veían pececitos nadando en el mar, e intentaban cogerlos con sus pequeñas manos. Un día, Luis, el pequeño de los hermanos, preguntó a su madre cómo se podía coger un pez, y ella contestó que con un cubo, con una caña o con redes. El niño se quedo pensando, y antes de que pudiera lanzar una nueva pregunta su madre dijo: mañana iremos al puerto y verás cómo los pescadores cazan los peces. Luis miró a su madre con una gran sonrisa.
A la mañana siguiente, los tres hermanos se levantaron antes que de costumbre, ya que hoy iba ser un gran día.
Cuando toda la familia estuvo preparada salieron dirección al puerto. Una vez allí los niños observaron con gran admiración cómo los pescadores lanzaban sus cañas y al retirarlas tenían peces.
Después de pasar la mañana mirando y descubriendo las maravillas del mar, llegó la hora de comer y todos juntos fueron a un restaurante.
Durante la comida, el plato principal fueron las sardinas. El abuelo fue el que más comió, porque decía que no todos los días podían disfrutar de este manjar. Ay!, grito el abuelo, y todos los miembros de la familia le miraron asombrados. Oh!, dijo Luis: el abuelo es un gato. Miau miau!, gritaba el abuelo dando vueltas de un lado a otro. El abuelo se había convertido en un gato negro.


MIAU, MIAU, MIAU!
Todos los miembros de la familia estaban perplejos al ver lo que había ocurrido. Ellos miraron el plato del abuelo y se dieron cuenta que había un trozo de sardina que en su interior contenia un bola brillante.
Todos pensaron que la sardina que había comido el abuelo era mágica, y por eso él se había convertido en gato.
Los niños jugaban y reían con el gato, mientras que sus padres y la abuela pensaban en qué podían hacer. Después de un tiempo, pensaron que si el abuelo comía de nuevo la sardina, quizás cambiaría de forma, y así lo hicieron. El abuelo se volvió ha convertir en humano. Los niños se pusieron muy tristes, porque se estaban divirtiendo mucho con el gato.
Más tarde, el padre guardó un pedacito de la sardina en un paquete, para que éste fuera el secreto de la familia Martínez.




! ADIÓS FAMILIA MARTÍNEZ !

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